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sábado, 19 de mayo de 2007

“Un sádico inteligente capaz de armar un arrepentimiento para beneficiarse”

De nada sirvió que en la primera jornada Alberto Fabián Salas -alias “el violador de los edificios”-, admitiera su responsabilidad en los abusos sexuales, pidiera perdón a las víctimas y disculpas a los dos jóvenes que, por su increíble parecido físico, debieron permanecer casi un año presos, hasta que el ADN demostró su inocencia.
De nada sirvió esa supuesta “confesión”. Tampoco cuando contó al Tribunal III de La Plata que se estaba tratando para superar su enfermedad sexual. Ayer, esos pedidos de perdón, la confesión y el recurso médico fueron echados por tierra por el perito médico psiquiátrico Eugenio Camino, de la Asesoría Pericial de la Suprema Corte. El experto, después de escuchar personalmente -durante horas- la declaración de Salas, dio su contundente diagnóstico:
l“Posee un trastorno de personalidad severa y rasgos sádicos: una patología, no tratable, casi imposible de revertir. Es su forma de ser”.
l“Tiene autocontrol. Ese trastorno no le afecta su posibilidad de elegir. Es así porque lo eligió. Tampoco padece el encierro”.
l“No es creíble su arrepentimiento. Hay claros indicadores del arrepentimiento que se transmiten pero en él no hay conmoción”.
l“Posee una cualidad de inteligencia superior. Puede preparar un arrepentimiento para beneficiarse con una situación legal determinada”.
-¿Por qué Salas se niega a ser evaluado mentalmente?- inquirió al perito, como última pregunta, la fiscal Maribel Furnus.
-Sencillo. No quiere ser descubierto- sentenció el médico psiquiatra.
Cuerpos que hablan
La modalidad serial que se le atribuye a Salas responde a diversas evidencias, algunas, difíciles de hallar en otros abusos sexuales. A saber:
ltodos los casos que se le imputan -por dos ya fue condenado a 17 años de prisión-, fueron cometidos en edificios de La Plata.
lademás de los vejámenes, siempre había un desapoderamiento de dinero.
llas víctimas eran obligadas a lavar la ropa interior. En este juicio, se ventila la violación de una joven estudiante de odontología ocurrida el 3 de mayo de 1999 en un edificio de calle 2 y 54.
El lunes, el mismo Tribunal III comenzará a juzgar a Salas por otro abuso sexual, a una menor de 16 años, producido el 16 de setiembre de 1999, en un departamento, en la torre de avenida 7, 45 y 46. En 2001, Salas ya fue condenado por violar a otras dos chicas, en otro edificio ubicado en esa misma cuadra, de 7 y 45. Le dieron 17 años de prisión.
El mote violador de los edificios es tan significativo como el de serial. Ayer, dos médicos de Policía confirmaron a la modalidad. Dijeron que todas las víctimas eran accedidas carnalmente por vía anal y oral. Nunca por vía vaginal. Cómo dijo el Dr. Camino: “Un sádico inteligente y con autocontrol. Un sádico que elige”.

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